Tontos, estúpidos, idiotas, majaderos, lelos... Son algunos de los sinónimos que encontramos en los diccionarios de lengua española para denominar a este tipo de personas.
También conocidos como imbéciles, la doctora Martina M. Cartwright se ha preguntado cómo podemos manejar a estas personas “crónicamente egoístas y desconsideradas” que con sus comportamientos “hacen miserable la vida de los que les rodean”.
También conocidos como imbéciles, la doctora Martina M. Cartwright se ha preguntado cómo podemos manejar a estas personas “crónicamente egoístas y desconsideradas” que con sus comportamientos “hacen miserable la vida de los que les rodean”.
- Egoístas crónicos: los reyes del yomismismo. Este tipo de personas lo son permanentemente. Narcisistas de pura cepa, son desconsiderados con los sentimientos de los demás y muestran poca compasión.
- Los protagonistas y su obsesion por ser el centro de atención. "Eran los matones del colegio" señala la doctora, que con el paso de los años, en lugar de abanadonar sus conductas de acoso, las transforman. Tienen una capacidad especial en culpar rápidamente a los demas si algo no sale como ellos quieren gracias a su carácter intimidante que conservan desde la infancia.
- Pusiláminas que se dedican a ir "dando pena" "Eran los matones del colegio" señala la doctora, que con el paso de los años, en lugar de abanadonar sus conductas de acoso, las transforman. Tienen una capacidad especial en culpar rápidamente a los demas si algo no sale como ellos quieren gracias a su carácter intimidante que conservan desde la infancia. El perfil opuesto a los matones, interpretan el papel de personas tímidas, introvertidas y muy muy frágiles, para ganarse la atención de los demás y conseguir que miren y defiendan sus intereses por encima de los personales
- Vagos y maleantes: los incompetentes. Reconocerás a este tipo de gilipollas porque son muy perezosos. Les consume la desidia ante cualquier actividad que no les apetece hacer –si es que hay alguna que sepan desarrollar– y endosan el trabajo a quienes les rodean. Como ellos no saben hacerlo o lo hacen mal, se libran de cualquier responsabilidad. Son personas que no dan pie con bola y su capacidad de esfuerzo por mejorar está siempre bajo mínimos. “Están desmotivados, no se comprometen con nada y se muestran impasibles ante el hecho de que quienes les rodean consideran su comportamiento egoísta e incompetente” explica Cartwright.
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